A mi etérea otra mitad

Creo que mis labios hace tiempo se sellaron; olvidaron toda función que no sea hablar y comer. Si alguien realmente supiera cuanto tiempo llevo sin ocupar mi boca en conjunto con otra.

Si alguien notara que ya olvidé lo que es un beso... que me entregué a la espera.

Porque nunca dejé de ser una creyente en el amor, y le tenía tanta fe... y aún le tengo, a pesar de todo. Aún creo que en algún lugar de este mundo hay una persona esperando, soñando, existiendo por alguien como yo.

Aún creo que existe la gente que realmente valora un gesto de amor... De ese amor que ya no se da con frecuencia en estos días. Tengo tanto que dar, tanto que entregar, tengo un cúmulo de sentimientos que nadie podría imaginar... pero esa persona que me llena no aparece. El pasado selló mi corazón y me ha costado volverlo a usar -y tengo miedo de hacerlo.

No quiero darlo todo y volver a vivir lo mismo. Definitivamente no. "A la primera persona que no me quiera juzgar pienso entregarle caricias que yo tenía guardadas, yo no digo que sea fácil, pero, niña, ahora mismo ya no tengo ni siquiera dónde estar. Ni siquiera dónde estar." (Alejandro Sanz - A La Primera Persona) Éste es mi último llamado: si 'esa' persona realmente existe, no importa donde... que me lo haga saber. Hoy mis fuerzas se van, hoy lo necesito.

Quiero llegar a el, que me encante, que me deje quererlo como nunca nadie ha querido a alguien en este mundo, que me deje mirarlo con cara de idiota y perderme en sus ojos, quiero darle mi tiempo, mis alegrías, mis alientos, mis esperanzas, quiero estar jodidamente enamorada... y sentir que es recíproco.

Quiero pensar en el en cada momento del día; quiero un rostro que me tranquilice, alguien que "se la juegue" por mí.

Alguien que me de calma, que me de paz, que haga un mero gesto por mi. Aquel gesto que nadie hizo... que me diga aquella palabra que nadie me dijo... que se apodere de mí y me deje apoderarme de el. Quiero ser la maldita esclava que haga todo por alguien.

Hoy tengo los sentimientos a flor de piel. Hoy todo es distinto y nadie lo nota... excepto tú, que estás en algún lugar esperándome. Que sé que en el fondo esperas por mí... y si ya nos conocemos, dime por favor que soy lo que esperabas.

Aunque no sea el momento entre nosotros; dime que aún no es el momento, pero que aquí estás. Dame esa chispa que necesito para renacer por ti... para entregarme a ti por completo. Si no es así... te esperaré (créeme que lo haré), no importa el tiempo, pero ahí estaré.- Cito las siguientes palabras que llegaron a mi en otrora noche de  conversación -"Definitivamente, esto no se inventó para mí"- y las hago mías esta vez.