miércoles, febrero 4

Pensando en voz alta...


Desde tu muerte he pensado mucho… Desde que tú no estás, el mundo cambió definitivamente para mí, y no puedo seguir haciendo como que no ha pasado nada.

Creo que siempre pensé que la muerte le tocaba a otras personas, no a mí o a mi familia… Hasta que te tocó ti. Creo que contigo también se murió una parte de mí. Yo no soy la misma persona que era antes de tu muerte.

Me miro al espejo y… ¡Claro! ¡Soy yo!, me reconozco… Un poco más grande, rostro distinto… ¡Creo que de tanto llorar!... Lo que realmente ha cambiado no se ve de inmediato… Por ejemplo, mis ojos son distintos. Dicen que “los ojos son el espejo del alma”, y yo creo que es verdad. Todavía no entiendo bien, lo que hay en mi alma ahora que tú no estas…

Sé que hay una pena inmensa. Ya no lloro tanto como al principio, pero igual estoy triste y me pregunto, si alguna vez volveré a sentirme feliz. Es pena y sensación de vació. A veces me olvido de que te fuiste y ya no estás… Y por algunos momentos estoy bien, y tranquila… Después me doy cuenta de nuevo… ¡De que no te volveré a ver!, ¡ni a tocar!, ¡que no volveré a escuchar tu voz!… ¡Y mi corazón da un vuelco!

¡Es añoranza!… ¡Te extraño! Ahora estoy más sensible... Cuando escucho noticias o me entero de que ha fallecido alguien que conozco, pienso en su familia y me conmuevo mucho más que antes. También me pasa cuando escucho música o veo algo hermoso. Quisiera que tú estuvieras aquí para verlo, escucharlo y sentirlo.

Creo que ahora valoro más a las personas y las cosas hermosas…Tal vez por que ahora sé que la vida es corta y que de verdad en algún momento se termina. Ahora me preocupo menos por tonteras… Ahora sé que nada “es el fin del mundo”, lo peor que podría pasarme… Ya pasó… Tú te fuiste… Ahora soy más humilde y paciente… Sé que no soy inmortal y que lo feo y doloroso también me pasa a mí.

¿Podré superar esto?... Creo que todavía tengo derecho a sentirme triste y mal… Después de todo perdí a una de las personas que más he amado en el mundo… Pero también pienso que no me sentiré así para siempre. De hecho, hay momentos en que me siento mejor y que incluso me río… A veces me siento culpable por eso, pero, ¿que puedo hacer?, la vida sigue para mí...

Tu recuerdo a veces me pone triste, pero también me gusta pensar en ti y recordar los momentos lindos que compartimos, eso a veces me hace sonreír. Por eso pienso, que esto no va a durar para siempre y que va a llegar el día en que mi corazón ya no sufra tanto como ahora.

Quiero convertirme en una mejor persona. Quiero honrar tu memoria y que tu partida me ayude a crecer como persona y me ayude a hacer del mundo un lugar mejor. Sé que a ti no te gustaría verme amargada y triste siempre. Estoy segura de que tú me querías y amabas tanto como yo a ti… A veces pienso que si yo me hubiera ido primero, querría que tú salieras adelante y sintieras mi presencia en tu corazón.

Esa es la verdad, ahora recién lo comprendo… Tú estás en mi corazón y en mi mente… Te llevo conmigo a todas partes y es tu fuerza y tu energía de amor, la que me ayudará a pasar por este camino de dolor y a sanar mi corazón. Gracias por ese último regalo de amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario